Alergias de Temporada
En una encuesta reciente de NOVARTIS SANIDAD ANIMAL, el 14% de gatos y el 18% de perros de los participantes fueron diagnosticados con una alergia, y afecta más frecuentemente a la piel, presentándose en el 4% de los casos como Dermatitis alérgica felina y en un 10% como Dermatitis atópica en perros.
Siete de cada diez propietarios no han oído hablar nunca de ninguna de las dos, teniendo en cuenta que las alergias cutáneas son uno de los motivos de consulta más frecuentes para el veterinario, en segundo lugar para perros y en noveno lugar para gatos.
La Alergia es una reacción inmune exagerada del organismo ante la presencia de ciertos agentes que podrían ser o no inocuos (alérgenos) como los ácaros, el polen, caspa, plumas, algunas proteínas del alimento o ciertos medicamentos, también el contacto con algunas plantas, la presencia de pulgas y esporas de hongos o levaduras. Las causas de estas reacciones son muy similares a las de humanos y están determinadas genéticamente, por lo que podemos decir que hay animales o razas predispuestas (1).
¿Cómo se desarrolla? El alérgeno accede al organismo por tres vías: inhalación, contacto (a través de la piel y mucosas) e ingestión. La exposición repetida a este provoca que la reacción alérgica sea progresivamente mayor con signos clínicos más o menos graves (2).
Tenemos que cinco de cada diez propietarios no se dan cuenta que si su mascota tiene una alergia al polen puede empeorar durante la primavera, ante las condiciones del verano y a veces durante el primer tercio del otoño.
Los signos más frecuentes son el prurito intenso (cara, orejas, ingle, zona anal), piel enrojecida, irritada y dolorida, lamido de las extremidades, morderse zonas del cuerpo como a nivel dorso-lumbar, cola y patas, otitis frecuentes, piel engrosada y más oscura, pierden pelo, aparecen zonas calvas y pelaje sin brillo, además de mal olor (2).
Es importante aprender a identificar estos signos ya que ocho de cada diez propietarios no saben hacerlo.
¿Se puede prevenir la alergia? En cierto modo. Si tu mascota predispone a responder negativamente a cierto alérgeno, siempre que se exponga a él se presentará el problema, por ello es necesario identificar el (los) alérgeno (s) mediante pruebas diagnósticas como tests serológicos, intradérmicos o dietas de eliminación (exclusión selectiva de los distintos ingredientes de la dieta), en el caso de alergias alimentarias (2). Una vez identificado, evitar al máximo el contacto de la mascota con éste:
- Ácaros del polvo o almacenaje, mantener el entorno donde vive libre de polvo.
- Polen, evitar los paseos por zonas donde los niveles de polen son mayores o en épocas de mayor concentración (primavera/otoño).
- Picadura de pulgas, mantener al animal protegido y al entorno libre de estos parásitos (pulguicidas tópicos y ambientales).
- Proteínas alimentarias, administrar una dieta comercial hipoalergénica o evitar el ingrediente implicado, una alimentación natural podría ser la solución a muchos de estos problemas.
¿Tiene tratamiento? Además de evitar el contacto con el alérgeno, el tratamiento es sintomático, sumando el manejo de las lesiones e infecciones secundarias que puedan presentarse. Se debe tener muy claro que la mascota afectada NO VA A CURARSE DE ESTE PROBLEMA, por tanto el objetivo del tratamiento no es el de curar al animal, sino controlar el problema y darle mejor calidad de vida. Incluso existen vacunas específicas para cada alergia y elaboradas en base a cada individuo, de las cuales su aplicación consiste en la inoculación de dosis crecientes de dicho alérgeno para que el organismo se habitúe progresivamente a él y así reaccione de forma menos exagerada (2).
Al revisar el resultado de algunas encuestas, observamos que siete de cada diez propietarios consideran a sus mascotas un miembro de la familia y cinco de cada diez las ven como a hijos.
Por lo que concluimos que nuestros animales de compañía son una parte importante de nuestras vidas, por ello no olvides que durante las temporadas de primavera, inicios del verano y otoño, toda la familia puede verse afectada por alergias, incluyendo a tu mascota, la cual no puede comunicar directamente su molestia, así que no le ignores si se ésta lamiendo o rascando más de lo habitual, o si tiene la piel enrojecida.
Si sospechas que tu mascota podría estar padeciendo una alergia comunícaselo inmediatamente a su Veterinario y no la mediques arbitrariamente.
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